El Objetivo 7 pretende garantizar el acceso a una energía limpia y asequible, clave para el desarrollo de la agricultura, las empresas, las comunicaciones, la educación, la sanidad y el transporte.
El mundo continúa avanzando para alcanzar las metas de energía sostenible, pero no lo suficientemente rápido. Al ritmo actual, alrededor de 660 millones de personas continuarán sin acceso a la energía eléctrica y casi 2000 millones de personas seguirán dependiendo de combustibles y tecnologías contaminantes para cocinar en 2030.
Nuestro día a día depende de una energía segura y asequible. No obstante, el consumo de energía sigue siendo la principal causa del cambio climático, ya que representa alrededor del 60 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
La tasa mundial de acceso a la energía eléctrica aumentó del 87 % en 2015 al 91 % en 2021.Para garantizar acceso universal a electricidad asequible en 2030, es necesario invertir en fuentes de energía limpia, como la solar, eólica y termal. Ampliar las infraestructuras y mejorar la tecnología para suministrar energía limpia en todos los países en desarrollo son objetivos cruciales que contribuyen tanto al desarrollo como al medioambiente.
Un sistema energético consolidado sirve de apoyo a todos los sectores: desde las empresas, el sector médico y educativo, hasta la agricultura, las infraestructuras, las comunicaciones y la alta tecnología.
Se ha acelerado el acceso a la electricidad en los países más pobres, la eficiencia energética sigue mejorando y las energías renovables avanzan a pasos agigantados. No obstante, es preciso mejorar el acceso de 2300 millones de personas a combustibles y tecnologías limpias y seguras para cocinar.
Durante décadas, combustibles fósiles como el carbón, el petróleo o el gas han sido las principales fuentes de energía eléctrica, pero su quema produce grandes cantidades de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático y perjudiciales para el bienestar de las personas y el medioambiente. Esta situación nos afecta a todos, no solo a unos pocos. Además, la demanda mundial de electricidad continúa aumentando rápidamente. En pocas palabras, los países no podrán impulsar sus economías sin un suministro estable de electricidad.
Sin electricidad, mujeres y niñas pasan horas buscando agua, las clínicas no pueden almacenar vacunas para los niños, muchos alumnos no pueden hacer los deberes del colegio por la noche, y la gente no puede llevar negocios competitivos. El lento avance hacia soluciones limpias para cocinar es motivo de grave preocupación mundial, ya que afecta tanto a la salud humana como al medioambiente. De no alcanzar nuestro objetivo para 2030, casi un tercio de la población mundial, en su mayoría mujeres y niños, seguirá estando expuesto a la contaminación nociva del aire doméstico.
Para garantizar que todos puedan acceder a la energía eléctrica para el año 2030, debemos acelerar la electrificación, aumentar las inversiones en energía renovable, mejorar la eficiencia energética y desarrollar políticas y marcos regulatorios propicios.
Los servicios energéticos son fundamentales para prevenir enfermedades y luchar contra las pandemias: desde abastecer de energía a las instalaciones sanitarias y suministrar agua potable para la higiene esencial, hasta habilitar el agua para la higiene esencial, las comunicaciones y los servicios informáticos que posibilitan la comunicación entre las personas manteniendo el distanciamiento social.
Los países pueden acelerar la transición hacia un sistema energético asequible, seguro y sostenible al invertir en energías renovables, priorizar la implementación de prácticas de eficiencia energética y adoptar tecnologías e infraestructuras de energía limpia.
Las empresas pueden hacer un esfuerzo por mantener y proteger los ecosistemas y comprometerse a obtener el 100 % de la electricidad que necesitan de fuentes renovables.
Los empresarios pueden reducir la demanda interna de transporte al dar prioridad a las telecomunicaciones e incentivar modalidades de transporte que exijan menos energía, como el tren, frente al automóvil y el avión.
A nivel personal, se puede ahorrar energía enchufando los electrodomésticos a una regleta y apagándolos completamente cuando no se utilicen, incluido el ordenador. También está la opción de ir en bicicleta, a pie o en transporte público para reducir las emisiones de carbono.
Los inversores pueden aumentar sus inversiones en servicios energéticos sostenibles con el fin de introducir en el mercado nuevas tecnologías procedentes de una base de proveedores diversos.
El mundo continúa avanzando hacia objetivos energéticos sostenibles, pero no lo suficientemente rápido. Al ritmo actual, unos 660 millones de personas seguirán sin acceso a la electricidad y cerca de 2000 millones seguirán dependiendo de combustibles y tecnologías contaminantes para cocinar en 2030.
Las energías renovables representan casi el 30 % del consumo de energía en el sector de la electricidad, pero sigue habiendo problemas en los sectores de la calefacción y del transporte. Los países en desarrollo registran un crecimiento anual del 9,6 % en la implantación de energías renovables, pero, a pesar de las tremendas necesidades, los flujos financieros internacionales para las energías limpias siguen en descenso.
Para garantizar a todo el mundo el acceso a la energía en 2030, debemos acelerar la electrificación, aumentar las inversiones en energías renovables, mejorar la eficiencia energética y desarrollar políticas y marcos normativos que así lo permitan.
733 millones de personas no tienen acceso a la electricidad. Eso es aproximadamente una de cada diez personas en todo el mundo. Acceso a la energía | Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
El acceso a la electricidad pasó del 73 % en 1998 al 90 % en 2020.Acceso a la electricidad | Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
Se calcula que se necesitan entre 35 000 y 40 000 millones de dólares anuales para alcanzar el acceso universal a la electricidad entre 2021 y 2030.Acceso a la electricidad | Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
El acceso mundial a la electricidad ha aumentado del 87 % en 2015 al 91 % en 2021, aunque 675 millones de personas, principalmente en los países menos adelantados (PMA) y el África subsahariana, siguen sin poder acceder a la misma.
Si bien en todo el mundo se han logrado avances en la mejora del acceso a la electricidad y a los combustibles limpios para cocinar, 675 millones de personas siguen sin conectarse a tendidos eléctricos y 2300 millones siguen dependiendo de combustibles peligrosos y contaminantes para cocinar.
Las fuentes renovables alimentan casi el 30 % del consumo de energía en el sector eléctrico, aunque sigue habiendo desafíos en los sectores de la calefacción y el transporte.
En 2021, el 71 % de la población mundial tenía acceso a tecnologías y combustibles limpios para cocinar, frente al 64 % en 2015. La región que tenía las tasas de acceso más bajas era el África subsahariana, en la que los avances hacia una cocina limpia no han logrado seguir el ritmo del crecimiento demográfico, lo que en 2021 ha dejado sin acceso a un total de 900 millones de personas.
7.1 De aquí a 2030, garantizar el acceso universal a servicios energéticos asequibles, fiables y modernos
7.2 De aquí a 2030, aumentar considerablemente la proporción de energía renovable en el conjunto de fuentes energéticas
7.3 De aquí a 2030, duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética
7.a De aquí a 2030, aumentar la cooperación internacional para facilitar el acceso a la investigación y la tecnología relativas a la energía limpia, incluidas las fuentes renovables, la eficiencia energética y las tecnologías avanzadas y menos contaminantes de combustibles fósiles, y promover la inversión en infraestructura energética y tecnologías limpias
7.b De aquí a 2030, ampliar la infraestructura y mejorar la tecnología para prestar servicios energéticos modernos y sostenibles para todos en los países en desarrollo, en particular los países menos adelantados, los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países en desarrollo sin litoral, en consonancia con sus respectivos programas de apoyo
"Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna".